La vida no deja de sorprenderme en este día. A veces pasa como un día normal, pero otras veces, hace que recupere su valor.
Hoy inicia el verano, y que mejor manera de iniciar que con una típica noche parisina, donde el vino y la música se unen y crean la mezcla exacta para disfrutar la vida.
Son estos pequeños momentos que disfruto, donde la noche se hace corta y las platicas interminables, donde la o las guitarras acompañan a la copa de vino que se encuentra en mi mano, y vida te deja ver su lado amable.
Muchas gracias por la invitación.
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